miércoles, 15 de agosto de 2012

Romería de la ermita del Encinedo

Era miércoles, un 15 de agosto, también le llaman día de la Virgen. Aunque todos los días anteriores había hecho mucho calor, amaneció nublado y con un vientecito fresco.

Desde la mañana habíamos estado trabajando en El Encinedo para que no faltara de nada: sombra, mesas y sillas, hielo para las bebidas,…contábamos con la ayuda de algún remolque y tractor pero, sobre todo, con muchas manos dispuestas a colaborar.

La semana anterior se había hecho la limpieza de la ermita, la pobre se va cayendo poco a poco a pesar de que se ha intentado apuntalar: recogida de tablas, escombro, retirada de maleza, de hojarasca, tanto en el interior como en el exterior. La fuerza de la naturaleza es impresionante y tanto las zarzas como la hiedra correteaban por los muros cubriéndolo todo: las piedras y la toba, como si quisieran protegerlas de la crudeza de la intemperie.

Ya está todo listo. Algunos subimos a pie y otros, los más, en coches o en tractor a través de las piezas amarillas ya cosechadas.

Finalmente suben a la virgen escoltada por Tito,  su hijo Ander y el resto de la comitiva. Esa maravillosa imagen, esa talla policromada que está necesitando también unas manos expertas que le hagan un lifting. Entre cantos y recitaciones la colocan en su lugar, el lugar de donde es originaria, su altarcillo. “Está contenta, parece que se ríe, ha vuelto a su casa” dicen algunas de las mujeres y hombres que la acompañan con sus cantos y oraciones :  Emilia, Puri, Sofía, Paulina, Felix…
Preciosa y entrañable jornada en la que no pudo faltar ni los deliciosos guisos de la tierra (indescriptible el calderete  de Pedro, por ejemplo) ni vinos,  licores, espumosos, dulces caseros,…Todo en ese rincón y a la sombra de esos muros ancestrales donde  la música, amenizada, como no, por nuestros queridos y siempre bien dispuestos vecinos Quique y José Luis, resonaba alegre, grave, y a veces, picantona

 
Después de un día así, solo nos queda la esperanza de volver a celebrar esta romería el año que viene y que la participación, el entusiasmo y la alegría sea la misma que ese miércoles 15 de agosto.

Muchas gracias a todos y a todas por vuestra simpatía, entrega, generosidad y gusto por la tradición. Volveremos a juntarnos para celebrar la romería de la Virgen del Encinedo un día de agosto aunque sea miércoles.

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