Este año así estábamos cuando tras el txupinazo y a través de los paraguas vimos bajar al “Aguafiestas” abriéndose paso en una carretilla conducido por Eneko en dirección a la balconada de la casa Uxategieta.
Sí, hemos estrenado personaje o personajillo, como queramos
llamarle, pero su nombre verdadero es y
será ”El Aguafiestas”. Éste con
su gesto risueño y malicioso, vigilante, con su caldero en ristre, deberá permanecer
en un balcón (el de la Casa Consistorial sería el más adecuado cuando las
autoridades se dignen a aceptarlo) todos los días que dure el jolgorio festivo,..
Así hasta el último día en el que se deberá medir la cantidad de agua que hay
en el cubo. El resultado de esta medida será la salvación o condena a la quema
del “Aguafiestas”. Si quiere salvarse de la cremación tendrá que apelar a todas
los poderes que dirigen las fuerzas de la naturaleza para que contengan a la diosa lluvia para que durante los días
festivos se abstenga de derramar lágrimas.
Así comenzó la fiesta en Genevilla, bajo la lluvia y
mirando al cielo, un jueves, once de octubre.Sin embargo, esta lluvia fue una simple anécdota que sirvió para presentar al “aguafiestas” porque al día siguiente amaneció sin lluvia y a ratos despejado.
La mañana estuvo animada por el sonido alegre y festivo de la banda de txistularis de Maixa e Inaxio que tanto nos alegran el resacoso despertar.
La comida popular, un exitazo, todo estaba muy bueno y, en general, disfrutamos de buena compañía y conversación, con autoridades gubernamentales incluidas. El concejal de cultura bien pertrechado por personajes de la vida política y local miraba envidioso la zona del gallinero donde el populacho daba rienda suelta a sus más bajos instintos animales, era la gula sin disimulos.
Por la noche, las canciones de Josune y su grupo de chicas que no dejan de sorprendernos cada vez que entonan esas canciones tan emotivas y tan nostálgicas, esas voces que invitan a sumarse en ese coro indescriptible. Y, cómo no, nuestro querido George que en esta ocasión se vistió de gala acompañado por Javi y ………. Quienes pusieron ese broche de oro en una noche memorable en la plaza de Genevilla con esas baladas de los70 y 80 que tanto nos gustan a todos: Bob Dylan, Neil Yaung,…
Pero después de esta noche maravillosa, aún quedaban fiestas
que celebrar y la mañana del sábado amaneció brillante, con un sol espléndido y
después del despertar con nuestros ifalibles txistularis, el pueblo fue invadido por ciclistas que
salían de todas partes e iban a todos los lados: era la gran Yincana en bici
organizada, pensada, y calculada por nuestros amigos Gari y
Alper. Los niños y las niñas se lo pasaron pipa y aprendieron sobre plantas,
árboles, geografía e historia de Genevilla, una virguería. Gracias Gari y Alper por vuestra entrega y dedicación.
Por la tarde, no podía faltar, Gorriti con sus animales que hicieron las delicias de pequeños y grandes, nos hicieron correr a casi todos y a alguno o alguna le hicieron pasar un buen susto.
Después y para que todo el mundo pudiera reponerse de tanta impresión fuerte, preparamos la gran chocolatada. El chocolate estaba riquísimo y nos ayudó a preparar el cuerpo para la gran noche de disfraces y bailongo.
Domingo, amanece nublado y fresco. Nos reunimos en la plaza para almorzar y degustar las deliciosas tortillas del concurso ¡Enhorabuena Maixa y Sole! Reparto de trofeos del campeonato de mus ¡Patxi y José Luis, txapeldunak!
Se sortea la porra y como reza el cartel “cada uno a comer a su casa” No sin antes comprobar el cubo del Aguafiestas: ¡No hay agua en el cubo! ¡Se ha salvado de la quema! Es la voz de Pitou desde la balconada de la casa Uxategieta mientras empezaba a caer una suave lluvia y la gente de Genevilla miraba al cielo.
ah, las fiestas, todavía no sé donde puse la voz ...
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